La mente humana tiene un primitivo mecanismo de defensa que niega cualquier realidad que provoque un estrés excesivo al cerebro.
La negación es una parte esencial del mecanismo de defensa del ser humano. Sin ella, cada mañana nos despertaríamos aterrorizados ante la posibilidad de morir. La mente bloquea nuestros miedos existenciales y se centra en cuestiones que podamos afrontar, como llegar a tiempo al trabajo o pagar nuestros impuestos. Para sobrevivir, nos deshacemos de los miedos existenciales tan rápido como podemos, y dedicamos nuestra atención a tareas simples y trivialidades diarias.
Según leí un estudio reciente sobre los hábitos de navegación por Internet de los estudiantes de algunas importantes universidades estadounidenses. En él se revelaba que incluso los usuarios altamente intelectuales demostraban una tendencia instintiva a la negación. Según el estudio, después de leer un artículo deprimente sobre el derretimiento de los glaciares o la extinción de alguna especie, la gran mayoría de alumnos buscaba algo trivial que purgara el miedo de su cerebro; entre sus elecciones favoritas estaban las noticias de deportes, los vídeos graciosos de gatos y los chismes de celebridades.
En la mitología antigua, el héroe que niega la realidad es la manifestación definitiva de hibris y orgullo. Ningún hombre es más orgulloso que aquel que se cree inmune a los peligros del mundo.
(Tomado del libro Inferno de Dan Brown, pero es un hecho cientifico la negación).
Entradas Relacionadas: